Pascal Wehrlein logra el segundo gran título para el eficiente Porsche 99X Electric.

Pocas veces el automovilismo ofrece una lucha tan emocionante por un título, y rara vez un atleta se ha mantenido tan tranquilo en esa enorme presión como el nuevo campeón del mundo de Fórmula E, Pascal Wehrlein, del equipo TAG Heuer Porsche.

Seguro que este alemán de 29 años nunca había experimentado en su carrera una actuación como la del fin de semana pasado en Londres. “Denme más presión”, dijo por radio, evidentemente lleno de adrenalina tras su victoria en la prueba previa del sábado en los Docklands de la capital inglesa. Y eso es exactamente lo que obtuvo.

La joven esperanza de la nación

Pascal Wehrlein nació el 18 de octubre de 1994 en Sigmaringen, Alemania. Hijo de padre alemán y madre mauriciana, empezó a correr en karts y monoplazas cuando era joven, para rápidamente convertirse en una de las grandes esperanzas del automovilismo del país, superando a otros pilotos con talento y llamando la atención de los equipos. En Mercedes-AMG, vecinos de Porsche en Stuttgart, lo apoyaron al principio de su carrera. Mientras era piloto de pruebas de Fórmula 1 de las Flechas de Plata, se coronó como el campeón del DTM más joven de la historia, con tan solo 20 años (2015). A partir de ahí, hizo dos temporadas de Fórmula 1 con Manor Racing (2016) y Sauber (2017).

A pesar de sus buenas actuaciones, Wehrlein no logró avanzar en el Gran Circo. De su papel como piloto de pruebas de la legendaria Escudería Ferrari, pasó al incipiente equipo Porsche de Fórmula E como piloto oficial, no sin antes adquirir experiencia en el innovador campeonato eléctrico, donde compitió durante dos temporadas en la escudería india Mahindra. Lo que siguió fue el comienzo de una nueva historia de éxito.

Lo mejor para mí es ganar delante de mi familia…

“Lo mejor para mí es ganar delante de mi familia. Saber que están viéndome en el circuito es una gran motivación”, contaba Wehrlein. De hecho, tras la sensacional victoria del sábado, Pascal superó el domingo a los dos Jaguar de Evans y Cassidy, con una conducción perfecta y bajo una gran presión. Esto es realmente impresionante, teniendo en cuenta que los dos neozelandeses habían comenzado delante de él y habían aguantado durante mucho tiempo. “¡Soleya, papá es campeón del mundo!”, gritó Wehrlein con alivio por la radio del equipo después de cruzar la línea de meta. El segundo puesto en carrera fue suficiente para lograr el objetivo. El triunfo fue un aterrizaje de precisión deportivo y mental, y un momento especialmente emotivo para este deportista de alto nivel, tranquilo e introvertido.